En esa hora maldita

En esa hora maldita

sábado, 21 de febrero de 2015

Física.

No me mires así. Sabes perfectamente que las leyes de la física no se escribieron para nosotros. Nosotros tenemos otras. Cuando nuestro ánimo debería caer nos miramos y sube, sube más alto que cualquier otra cosa de este mundo. No podemos evitar sonreirnos cuando eso sucede.
Pasa lo mismo con las distancias. Por lejos que estés, esbozo  una sonrisa cuando te cuelas en mi mente, con esa manera traicionera tan tuya de llenarme de tu recuerdo y te siento a mi lado, vienes conmigo y eres parte de lo que hago, de lo que digo, de lo que pienso y de lo que escribo. Te acercas tanto que por un instante ocupamos el mismo espacio, el mismo tiempo. Porque la distancia más corta entre  nuestros corazones, no es una linea recta, no. Nuestra distancia más corta siempre será ese linea que dibujan mis lábios en ti. Ese caminito que va uniendo todos y cada uno de los poros de tu piel, sin dejar olvidado ni uno solo, mientras caigo rendido a los pies de tu dulce aroma de mujer y se abre esa ventanita por donde puedo escuchar como suena tu alma. Ese sónido,  ese movimiento armónico simple que rasga el aire y que nada tiene que ver con las ondas que estudian los expertos. El sonido explicado como una onda  solo es ruido. En cambio el sonido con mayúsculas, nuestro sonido, es la música del suspiro que escapa de mis labios cuando tus dedos dibujan corazones en mi espalda, cuando conviertes mi cuerpo en el instrumento a través del cual tu alma va componiendo melodias suaves, dulces, alegres, vivas... Ese es nuestro sonido. Lo mismo sucede con la luz. No es otra cosa que el brillo de tu alma asomando por tus ojos cuando te susurro las mil maneras de echarte de menos que he vivido durante esas horas del dia en que no he sabido nada de ti. Ese brillo multicolor que me atrapa en tu mirada sin que yo pueda, ni quiera, remediarlo. Eso es la luz.
No hacen falta mil reglas matemáticas para explicar la gravedad, las distancias, el  sonido, la luz... cuando está tan claro lo que son esos fenómenos. El mundo, nuestro mundo, es así de simple y complejo a la vez. Yo lo sé y tú... tú también lo sabes.
La Física que sentimos es el delicioso efecto de la química que hay entre nosotros. Es ese momento en que todo se para y el mundo se queda en "Standby". Y por vivir ese momento, te esperaré. Te esperaré toda la vida si es preciso. Porque el tiempo sólo tiene sentido si  sirve para poder esperarte.
A ver quien encuentra una fórmula que explique eso. Para él el premio Nobel.



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