En esa hora maldita

En esa hora maldita

viernes, 27 de febrero de 2015

La belleza de las rosas marchitas

Una punzada intensa y fría recorrió sus entrañas e hizo que se doblara sobre si misma como si la hubieran atravesado con una barra de acero. Se enderezó dejando escapar un suspiro. Contuvo como pudo una lágrima, cogió la sombra de ojos y miró desafiante al espejo. Se arrepintió al momento de haberlo hecho. Los espejos son crueles y el suyo le devolvió un rostro demacrado y cansado. Su piel reflejaba la dureza de la vida que había vivido. Miseria, alcohol, noches sin dormir, más miseria, mas alcohol... Las cicatrices de su alma dolorida llegaban sin disimulo alguno hasta su piel y la atravesaban. Recordó su niñez y sonrió levemente. Que poco quedaba ya de aquella niña que jugaba en los columpios del parque. Pensó en su juventud, en como aquella  adolescente menuda y llena de alegría había creido en el amor puro que los chicos sin escrúpulos le prometieron una y otra vez mientras jugaban con su cuerpo e iban matando, pedacito a pedacito, su alma dulce e inocente. De pronto se vio mayor, como si el tiempo ladrón le hubiera arrebatado en un segundo varios años de vida, de sus ganas de vivir, de su amor entregado sin reservas tan injustamente correspondido. Ya ni recordaba como era aquello de querer y sentirse querida. Acabó de maquillarse y dejó caer suavemente unas gotas de perfume  sobre su tersa piel. Volvió a prometerse no llorar aunque sabía que el no dejar salir sus lágrimas de amargura y rabia la rompería por dentro una vez más. Intentó pensar en el miserable puñado de euros que aquel cincuentón seboso y desaseado le daría por media hora de placer instintivo y animal, pero se sintió sucia y triste y prefirió dejar la mente en blanco. Su único consuelo era el mensaje de ánimo de Carlos que, como cada noche, parpadeaba en su teléfono. Le gustaba hablar con Carlos. No la juzgaba. En vez de eso intentaba arrancar una sonrisa de su duro rostro y muchas veces lo conseguía. Era el amigo de la niñez que siempre intentó protegerla de si misma sin conseguirlo. En esos momentos en los que se sentía como un pajarillo asustado volando en mitad de una tormenta sin saber donde posarse, aquellos mensajes eran un fino hilo de acero que no le permitía abandonar del todo el mundo de los cuerdos. Suspiró de nuevo y se miró en el espejo por última vez. Esta vez el reflejo le devolvió un rostro un poco más amable. Su carita de niña se le antojó una rosa que llevara cortada varios días, con los pétalos oscurecidos ya, arrugados y sin brillo, que iban cayendo uno a uno al suelo. Eso era ella. Una rosa marchita. Carlos siempre le repetía que una rosa, aún marchita, retenía por dentro la belleza que un día tuvo por fuera, que nadie podría jamas arrebatarle esa belleza. Se levantó y fué hacia la puerta de la habitación donde le esperaba su depravado cliente mientras disfrazaba su rostro con una sonrisa falsa, pero suficiente para cumplir con el trámite carnal que le permitiría comer algo caliente un día mas.
-Si que has tardado- gruño la voz de monstruo sin alma que la esperaba.
-Ya estoy aquí, querido- Contesto ella mientras le agradecía a Carlos el mensaje y el cariño que, desde la distancia, le daban fuerzas para luchar un dia más.
-Un dia- pensó -esta rosa mostrará sus espinas y entonces el mundo verá...
Dejó su mente en blanco mientras sentía como otro de sus pétalos de rosa marchita se desprendía y la abandonaba, al tiemp qe aquel asqueroso ser la llenaba de babas cargadas de lujuria.
-Un dia- se repetía en su interior una y otra vez -Un dia...


Nota del Autor: Dedicado a todas las rosas marchitas. Con mi deseo de que jamás se olviden de su belleza interior.

sábado, 21 de febrero de 2015

Física.

No me mires así. Sabes perfectamente que las leyes de la física no se escribieron para nosotros. Nosotros tenemos otras. Cuando nuestro ánimo debería caer nos miramos y sube, sube más alto que cualquier otra cosa de este mundo. No podemos evitar sonreirnos cuando eso sucede.
Pasa lo mismo con las distancias. Por lejos que estés, esbozo  una sonrisa cuando te cuelas en mi mente, con esa manera traicionera tan tuya de llenarme de tu recuerdo y te siento a mi lado, vienes conmigo y eres parte de lo que hago, de lo que digo, de lo que pienso y de lo que escribo. Te acercas tanto que por un instante ocupamos el mismo espacio, el mismo tiempo. Porque la distancia más corta entre  nuestros corazones, no es una linea recta, no. Nuestra distancia más corta siempre será ese linea que dibujan mis lábios en ti. Ese caminito que va uniendo todos y cada uno de los poros de tu piel, sin dejar olvidado ni uno solo, mientras caigo rendido a los pies de tu dulce aroma de mujer y se abre esa ventanita por donde puedo escuchar como suena tu alma. Ese sónido,  ese movimiento armónico simple que rasga el aire y que nada tiene que ver con las ondas que estudian los expertos. El sonido explicado como una onda  solo es ruido. En cambio el sonido con mayúsculas, nuestro sonido, es la música del suspiro que escapa de mis labios cuando tus dedos dibujan corazones en mi espalda, cuando conviertes mi cuerpo en el instrumento a través del cual tu alma va componiendo melodias suaves, dulces, alegres, vivas... Ese es nuestro sonido. Lo mismo sucede con la luz. No es otra cosa que el brillo de tu alma asomando por tus ojos cuando te susurro las mil maneras de echarte de menos que he vivido durante esas horas del dia en que no he sabido nada de ti. Ese brillo multicolor que me atrapa en tu mirada sin que yo pueda, ni quiera, remediarlo. Eso es la luz.
No hacen falta mil reglas matemáticas para explicar la gravedad, las distancias, el  sonido, la luz... cuando está tan claro lo que son esos fenómenos. El mundo, nuestro mundo, es así de simple y complejo a la vez. Yo lo sé y tú... tú también lo sabes.
La Física que sentimos es el delicioso efecto de la química que hay entre nosotros. Es ese momento en que todo se para y el mundo se queda en "Standby". Y por vivir ese momento, te esperaré. Te esperaré toda la vida si es preciso. Porque el tiempo sólo tiene sentido si  sirve para poder esperarte.
A ver quien encuentra una fórmula que explique eso. Para él el premio Nobel.



miércoles, 18 de febrero de 2015

Hoy, mi lobo es negro.



Desde el blog www.libresrelatos.com, otorgan la mención "Black Wolf Blogger Award" a "En esa hora maldita".
Me alegra y halaga que la gente que lee las pequeñas historias que cuelgo aquí, las valore y me tengan en cuenta a la hora de premiar, tengo varios reconocimientos en poco tiempo y eso me anima a seguir publicando cositas.
He de decir que también me sorprende, porque "En esa hora maldita" es muy reciente y no he colgado en él todavía más que un puñado de relatos. Es mi pequeño rincón sin otra  función ni objetivo que la  de entretener a quien lo lea tanto como lo hace a quien lo escribe. Me siento inmerecidamente arropado por todos vosotros, que dedicáis unos minutos de vuestro tiempo a pasar por aquí y por mi parte me considero más que pagado si alguno de mis escritos ha podido arrancaros una emoción que os haga volver  de vez en cuando.
Gracias a todos.

A continuación paso a otorgar el "Black Wolf Blogger Award" a lo siguientes blogs:

Isabel P Salas  http://isabelpsalas.blogspot.com.es/
Conxita Casamitjana http://enrededandoconlasletras.blogspot.com.es/
Maria Diz  http://leeresvivircientosderealidades.blogspot.com.es/
Cyntia Soriano http://librospuenteaotrosmundos.blogspot.com.es/
Elena Garcia Domigo http://enpalabras-yo.blogspot.com.es
Marisol Parra http://mispoesiasmarisol.blogspot.com.es/
Charlotte Bennet http://el-rincon-de-ejbennet.blogspot.com.es/
Alejandra Sanders http://cuentosdeterroryprofeciasalejandra.blogspot.com.es/
Aida Ramos http://instantesimperfectos.blogspot.com.es/
Alvaro galan verano http://diariodeunmi.blogspot.com.es/
Santiago Estenas Novoa http://relatosantilogicos.blogspot.com.es/
Hammer Pain http://donde-los-valientes-viven-eternamente.blogspot.com.es/
Jose Aylon http://elblogdeay.blogspot.com.es/
Fernando Mora http://apocrifosycompulsivos.blogspot.com
Carmen Pernas http://elrincondeambrosia.blogspot.com/

La aceptación del premio conlleva lo siguiente por parte de los nominados:

Primero  -  Pegar la imagen del premio.
Segundo -  Escribir lo que sientas, lo que te motiva este premio.
Tercero  -  Nominar quince blogs.
Cuarto  -  Publicar.

Gracias de nuevo, nos vemos en dentro de un cuento ;)

sábado, 14 de febrero de 2015

De Amores y Desamores

Lanzando un suspiro miró por la ventana. Ya era de noche. La noche de San Valentín. Mientras lo pensaba sientía como algo le oprimía el pecho. Sabía perfectamente que era ese algo. Eran los trozos que quedaban de su corazón roto y que esa noche dolían un poco más. No por la persona que lo hizo pedazos, no. Eso ya era historia. Dolían porque no era justo. Porque no se merecía depositar en alguien tanta confianza para acabar recibiendo tanta tristeza. Por eso dolía. Reprimiendo como pudo una lagrimita empezó a poner la mesa para cenar. Cena para uno en la noche de San Valentín. Suspiró otra vez. Se prometió que nunca más le pasaría, que jamás volvería a dejar que alguien la destrozara así. Nadie, a partir de ahora tendriá su corazón. Nadie. Nunca más.
La soledad se hacía insoportable por momentos y cogió el teléfono pensando a quien podría molestar un rato pues no quería aguar la noche a la gente enamorada que la celebraba entre risas y besos. Abrió un chat en facebook  y se obligó a sonreir, seguro que Carlos tenía un juego de palabras para ella, que la hiciera reir.
-¿Estas ahí?- tecleó, deseando que la respuesta fuera afirmativa
-Claro, donde si no. ¿Estas bien? ¿Que tal la noche?- Contesto Carlos casi al momento.
-¡Bah! Paso de San Valentín. A mi no me atrapan más.
-Pues me parece muy mal.
-Dejaron mi corazón hecho añicos. ¿Que sabrás tú lo que duele esto?
-Igual sé lo mismo que tú. Te recuerdo que lo mismo hicieron con el mío.
-¿Y no te parece que se está mejor solo?
-Pues depende. Mira sé de gente que prefiere vivir sola, pero esa gente ha vivido siempre así. Son así. El resto de la gente que conozco que dice preferir una vida en solitario, es tan solo porque les ha salido mál uno (o varios) proyectos de vida en común. Esa gente no quiere vivir sola, simplemente el miedo a volver a fracasar no les deja volver a intentarlo. Es un poco como  las uvas verdes de la fábula del zorro que no las alcanzaba. Se convencen de que es mejor estar solo y así no tienen que volver a probar suerte.
-¿Y tú...?
-No, yo nunca he dicho que esté mejor solo. Algún dia llegará, espero, la persona que me soporte. -Carlos tecleo unos emoticones de risas y volvió al tema -Pero no pienso dejar que aquella mujer que destrozó mi pasado arruine también mi futuro en forma de miedo a tener otro amor. ¿Tú vas a permitirlo?
-Mi corazón aún esta hecho pedazos.
-Pues recomponlo. Mira, de lo que yo veo por ahí, la gente tras una ruptura se desmelena, hace mil viajes, va a mil fiestas a las que antes no iría, mil conciertos...como si no hubieran tenido vida hasta ese momento,  parece que tienen que convencerse de que están mejor que nunca, porque ni ellos mismos se lo creen. Yo creo que todo es bastante más sencillo. Basta con seguir viviendo, basta con no dejar de ser tú. Abre los ojos y mira a tu alrededor. Verás que hay gente buena que son capaces de hacerte reir, de abrazarte, de valorarte...de amarte. No te niegues a seguir viviendo. No le des el poder, a quien destrozó tu pasado, de influir también en tu futuro. No lo merece. En fin, o eso creo yo, pero que sabré de estas cosas... -Otra batería de emoticones graciosos invadieron la pantalla y ella no pudo evitar sonreir. Carlos era así. Se ponía trascendente y serio y al minuto era capaz de hacerte reir quitándole hierro al asunto. Se lo agradeció de todo corazón.
-Muy bien- escribió -Voy a cenar y luego veré alguna película.
-Estupendo- contestó Carlos -No te pongas una de amor, hasta que estés segura de que no te dan alergia...
Volvió a reir al tiempo que se sentaba a la mesa. No pudo dejar de sonreir en  toda la cena. Hablar con Carlos siempre le sentaba bien.
Mientras quemaba la noche viendo películas se dijo que tal vez sí. Tal vez lo único que había que hacer era seguir viviendo y no negarse a ver toda la gente que valía la pena y que la vida cruzaba en su camino. A fín de cuentas, si el destino los ponía allí, por algo sería.
Al irse a dormir se prometió quitar de su corazón el cartel de "cerrado por derribo" y sintió que los pedazos se juntaban otra vez. Aún quedaban grietas, naturalmente y quizá alguna no se cerraría nunca, pero eso no le impediría disfrutar la vida y no dejaría de buscar a la persona adecuada para compartirla. "-No tardes en ponermela delante, Señor Destino. Cuanto antes mejor"- Se dijo.
Se quedó dormida sin darse cuenta.Lo último que pensó fué "Gracias Carlos" y sus labios dibujaron una sonrisa. 
En ese mismo instante, lejos de allí , Carlos se servía un Gin Tonic de Nordés para disfrutarlo leyendo un buen libro. Sin saber por qué  sonrió y susurró con voz imperceptible: "De nada, dulces sueños".
Ninguno de los dos lo sabía, pero el destino ya había jugado sus cartas.

jueves, 12 de febrero de 2015

Dos almas

Carlos cogió mecanicamente su taza de café y bebió un sorbo, mientras miraba la pantalla. No podía, no sabía o no quería identificar la sensación que sentía cada vez que miraba aquellos ojos. Era absurdo. No la conocía de nada, ni tan solo la había visto nunca en persona. Eran dos extraños que no sabían nada el uno del otro más allá de lo que facebook dejara adivinar. Sin embargo Carlos no podía dejar de mirarla. Aquellos ojos negros le sugerían mil preguntas, mil misterios que necesitaba descubrir. Eran profundos, inmensos y limpios. Poseían un puntito de amargura que no conseguía empañar la bondad que irradiaban. Carlos se dejó hipnotizar por aquellos ojos. Los imaginó delante de él, mirándole a él. Volvió a tomar  otro sorbo de café y se sintió un privilegidado. Todo el mundo veía aquellos ojos pero ¿cuanta gente los miraba? ¿Cuantos eran capaces de asomarse al precipicio que aquella mirada tenía tras de sí?. Él  sí, él los miraba.
Se fijó también en la  expresión dulce y delicada de su carita de ángel.. No había ni una arruga en su rostro, el tiempo la había tratado bien. Todas las fotos mostraban una sonrisa sencillamente deliciosa. Carlos dudaba de si sería una sonrisa preparada para las fotos o realmente aquella chica era así de radiante sin más.
El tercer sorbo de café llegó a sus labios.
-Mal- se dijo Carlos -Si ha llegado al tercer sorbo de la taza, es que algo le ves.
Se obligó a mirar cualquier otra cosa, abrió twitter y curioseó sin mucho interés los aburridos tuits de los temas de siempre, a saber, política, programas de televisión, y más política. Siete segundos tardó en  volver a estar mirando su foto. Carlos suspiró y se dijo:
"-Bueno, está bien. Es cierto que no nos conocemos de nada que no sea cruzarnos algún mensaje en los muros de facebook, pero en esta época que vivimos eso debe contar como si años atrás nos hubiéramos encontrado en un bar y hubiéramos empezado a hablar con cualquier excusa banal, así que...".
Abrió el chat: -Hola, ya se que igual me meto donde no me llaman pero...
-¡Hola!- Interrumpió ella, empezando una conversación prudente pero cercana.
Carlos sentía que le brillaban los ojos. Tal vez no pasarían de unos comentarios por chat, de una empatía propiciada por la proximidad virtual que internet facilitaba.  Igual  no envejecerían juntos ni comerían perdices ni se regalarían besos por San Valentín ni todas esas cosas. Daba igual. Lo único que le importaba  en ese momento es que el "¡Hola!" de aquellos ojos negros, de aquella mirada arrebatadora, estaba allí, en su pantalla. Aquella mujer, con su sonrisa y su saludo , había vencido por k.o. a su soledad.
Carlos sonrió y bebió otro sorbo de café. Mirando la pantalla susurró: "Muchas gracias Lady Sonrisa".
Al otro lado de la pantalla, una chica intrigada y divertida no podía dejar de preguntarse quien demonios sería ese Carlos y como podía tener esa facilidad para arrancarle mil risas. Mientras escribía en el chat no pudo evitar pensar en voz alta: "Muchas gracias por hacerme reir, señor Carlos, lo necesitaba".
Dos almas llenas de cicatrices se acababan de encontrar.
Dos almas desearon no separarse nunca más.